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Un Pueblo Incrustado en dos Municipios


UN PUEBLO INCRUSTADO EN DOS MUNICIPIOS

Exigen resolver crisis entre Vargas y Libertador surgida en 1987 cuando se dividió El Junquito
Al atractivo turístico que se le endilga al pueblo de El Junquito por toda su gastronomía y artesanía tan características, se le debe agregar el hecho "curioso" de que en él conviven _o tratan de convivir_ dos municipios a la vez: Vargas y Libertador.

Quien decida caminar, por ejemplo, a lo largo del casco central de El Junquito, es bueno que sepa que si se para a degustar una cachapa con queso en la acera norte de la denominada carretera nacional Caracas-Colonia Tovar, está comiendo en jurisdicción varguense; pero con sólo cruzar la calle y dirigirse a la acera sur para buscar el cochino frito que tanto se le antoja a toda la familia, entonces está en territorio de Libertador.

"Un cuento que nadie se cree", comenta José Manuel Mosquera, comerciante de la zona y, por tanto, uno de los muchos afectados por esta división limítrofe que viene arrastrando el pueblo de El Junquito desde 1987, cuando se creó la parroquia El Junko del Distrito Federal (hoy perteneciente al Municipio Vargas del estado que lleva ese mismo nombre), demarcándose buena parte de sus linderos con la parroquia El Junquito de Libertador (hoy uno de los cinco municipios del Distrito Metropolitano) precisamente a través de esta carretera, lo cual ha implicado un serio conflicto en materia del cobro de impuestos y prestación de servicios para la comunidad que allí vive y trabaja.

Alarma reactivada
Aunque la polémica delimitación entre los dos municipios no es cosa nueva, hay que decir que sí se recrudeció recientemente cuando las autoridades de Libertador iniciaron operativos de cobro de impuestos a través de su Superintendencia Municipal Tributaria (Sumat), queriendo pechar negocios de uno y otro lado de la calle como si pertenecieran todos al municipio que gobierna Freddy Bernal.

Enrique González, comerciante del pueblo, todavía no olvida "la manera irrespetuosa" como los fiscales del Sumat arremetieron hace poco más de una semana contra los negocios de El Junquito, "llevando debajo del brazo un mapa dibujado a su entera conveniencia", y no el que se desprende de la ordenanza de creación de la parroquia El Junko, donde en todo caso la delimitación _independientemente de que haya sido hecha con lógica o no en su momento_ deja claro a qué municipio pertenece cada negocio.

Como víctima directa _entre muchos otros_ de "esta terrible arbitrariedad", habla Juan Soto, quien a pesar de ser dueño de un restaurante en la acera norte (es decir, en Vargas) sufrió el cierre del local "incluso teniendo todos los permisos e impuestos al día".

Definición urgente
Fue imposible _a pesar de varios intentos_ conocer de boca de las máximas autoridades del Sumat, por qué los funcionarios a su cargo actuaron de esta forma en El Junquito.

En todo caso, Imerio Maia, dueño de otros locales en el casco central, reconoce en el superintendente municipal de Libertador, Richard Salas, un interés por sincerar la situación del cobro de impuestos en esa zona limítrofe, al querer pechar a los negocios que legalmente forman parte del Municipio. "Lo que no podemos aceptar es que se haga con aquellos que están en Vargas".

Sin embargo, no encuentran en la determinación de Salas la verdadera solución a la crisis que se arrastra desde hace tanto tiempo. "La gente de El Junquito lo que quiere es que se definan las cosas teniendo una sola administración a la que responder, y preferiblemente queremos que ésta sea Vargas (ubicando todo el pueblo en jurisdicción de la parroquia El Junko), pues son sus autoridades las que de verdad responden por nuestros servicios públicos. La gente de Libertador sólo viene para acá a cobrar los impuestos, pero como que se les olvida traer a los barrenderos para que limpien su lado de la calle".

Y es que, frente a toda esta polémica de delimitaciones, no dejan de ser capciosos los comerciantes de El Junquito:

"Estamos seguros de que las autoridades del Municipio Libertador no estarían tan preocupados por nosotros si todo esto por acá fuera un gamelotal. Pero es que resulta que este pueblo puede representar muchos ingresos para cualquier municipalidad por la intensa actividad comercial que desarrollamos. Tan sencillo como eso. Que nadie crea que hay otra explicación".

MARIA ELISA ESPINOSA
EL UNIVERSAL
Caracas, lunes 09 de febrero, 2004

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